CONSULADOS MEXICANOS PROTEGEN A MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO EN ESTADOS UNIDOS

Sólo en el Consulado de Chicago atendieron a más de 270 mujeres el año pasado, según comenta Marcelino Miranda, cónsul de Asuntos Comunitarios. Entrevista.

 

El cónsul de Asuntos Comunitarios, Marcelino Miranda, explicó cómo han reforzado la atención a la mujer.

 

Redacción │ América Sin Muros

En 2017 el Consulado mexicano en Chicago apoyó a más de 270 mujeres víctimas de violencia de género a obtener protección y regularizar su situación migratoria en Estados Unidos. En entrevista con Marcelino Miranda*, cónsul de Asuntos Comunitarios en el Consulado de Chicago, el diplomático detalla cómo implementaron una ventanilla de atención integral a la mujer migrante ante el aumento del número de mujeres que migran solas.

 

¿Cómo mejoraron la atención a las mujeres víctimas de violencia de género?

La Cancillería empezó a desarrollar varios instrumentos con ONU Mujeres para establecer un protocolo de atención a mujeres víctimas de violencia de género que ya se está aplicando en todos los consulados. En Chicago lo hemos reforzado muchísimo y, además, desde 2015 creamos ‘La semana contra la violencia contra la mujer’. El punto clave es reunir los esfuerzos de organizaciones y activistas para atender a las mujeres migrantes.

 

¿Cómo surge esta iniciativa?

Era algo que veíamos diariamente entre las personas que acudían a pedir apoyo, y el cónsul general nos pidió que impulsáramos la atención a las mujeres. Principalmente, porque muchas de ellas no conocen que hay dos tipos de visa a las que se pueden acoger por ser víctimas. La primera es la Visa U, que se otorga a personas que son víctimas de delitos violentos, sin importar su situación migratoria, ni la del atacante, y aplica para cualquier tipo de delito violento, incluida la violencia doméstica. La otra es la Visa Vawa, para personas que sufren delitos de violencia doméstica por parte de ciudadanos estadounidenses o residentes legales.

 

¿Cuáles son los beneficios?

En un principio les da la posibilidad de obtener un permiso de trabajo, evita la deportación y es un camino para conseguir la residencia permanente y, eventualmente, a la ciudadanía. Es una excelente protección para las mujeres, porque eso les permite no solo tener un permiso de residencia, sino también cooperar con las autoridades en la investigación y persecución del delito, que es una de las condiciones para obtener esa visa. Esto era algo que las mujeres no conocían, y muchas no veían que denunciar era una opción para resolver su situación migratoria. Permanecen calladas porque creen que no tienen otra opción. Piensan que si denuncian, tal vez las van a deportar, y siguen sufriendo un doble tipo de violencia: la violencia directa del atacante y una violencia más institucional. Por eso fue muy importante la intervención del consulado como una instancia que les da confianza en la denuncia de su situación; ya no se sienten solas respecto a las instituciones estadounidenses.

 

Las mujeres víctimas de violencia temen que si denuncian ante las autoridades pueden ser deportadas. | Crédito: Getty Images

 

¿Cómo les ayuda el Consulado?

Lo que hacemos es, no solo ayudarles a presentar la denuncia a través de asociaciones y abogados, sino que además les damos seguimiento, protección para ella y para sus hijos, apoyo económico, ayudas para pagar los servicios legales, localizamos algún albergue o lugar donde puedan permanecer ellas y sus hijos, y les ayudamos con la custodia de sus hijos. Esto último es fundamental, porque generalmente el agresor es el padre de los niños, y nosotros les ayudamos a garantizar que se van a quedar con sus hijos, que el estado no se los va a quitar. Y por supuesto, ayudarles a resolver su situación migratoria. Pero no sólo eso, también les ayudamos en otros temas, como la cuestión del adecuado acceso a servicios de salud, educación, empleo, capacitación y/o educación financiera. Por eso, el consulado articula todos los servicios que tenemos para ofrecérselos.

 

¿Cuántas mujeres han buscado este tipo de ayudas?

En 2016 ayudamos a cerca de 140 mujeres en situación de violencia de género; y en 2017 sobrepasamos el número de 270.

 

¿A qué se debe este aumento?

La mitad de la población migrante en nuestra circunscripción son mujeres. Partiendo de ese punto es que priorizamos el tema. También hay un incremento del número de mujeres que viajan solas, y además, la mayoría de los deportados son hombres, padres de familia, que a veces dejan a las mujeres en situaciones de vulnerabilidad. Sus hijos son mexicanos o estadounidenses, lo que aumenta la complejidad de esas familias para las mujeres que se quedan.

Por otra parte, creemos que la utilización de campañas de difusión y las relaciones que mantenemos con las organizaciones de base han ayudado a este aumento en las cifras. La expansión de nuestra red de apoyo consular con asociaciones, las iglesias y los legisladores ha sido fundamental.

 

¿Cómo apoyan a las mujeres que tienen hijos nacidos en México y Estados Unidos?

Tenemos una campaña muy fuerte en los consulados, y en particular en Chicago, para que registren a sus hijos que nacen en Estados Unidos también como mexicanos y obtengan la doble nacionalidad. Respecto a los niños que nacen en México y se los llevan de manera indocumentada, hemos ofrecido varios apoyos, como explorar la opción de la regulación migratoria y el acceso al programa DACA. Siempre buscamos que tengan los documentos indicados para probar su nacionalidad y también que tengan la debida custodia; es decir, que su situación de vulnerabilidad no origine que el estado pueda quedarse con los niños. Facilitamos que la madre que se queda tenga la custodia o que busque a otro familiar si no tiene la capacidad de mantenerla.

Para eso, estamos muy orgullosos de tener un acuerdo del Departamento de Familias y Niños, con el que trabajamos mano a mano para que los menores se queden con familiares en lugar de que los den en adopción o en custodia.

 

¿Una madre se puede quedar con la custodia legal de sus hijos aunque esté indocumentada?

Sí, por supuesto. Aunque supone muchos retos, podemos trabajar con las autoridades. Depende de cada caso, pero estamos trabajando con abogados que ayudan a que la corte emita decisiones favorables, y hemos trabajado también en sensibilizar a los jueces.

Hay dos escenarios: uno preventivo y otro reactivo. A partir de la nueva Administración, hubo un incremente enorme de las personas que querían registrar a sus hijos porque el nivel de miedo de la población migrante aumentó exponencialmente. Si uno de los padres ya fue deportado, tratamos de promover que registren a sus hijos como mexicanos. Nos hemos encontrado con muchos casos en los que el padre ha sido deportado y la madre decide regresar a México con los niños, y necesita registrarlo para que cuando regresen los niños puedan estudiar en calidad de mexicanos.

A partir de enero de 2017 tuvimos un gran número de personas que querían registrar a sus hijos y regular su situación migratoria. Ante el riesgo de una deportación, se aumentó la solicitud de permisos temporales para la custodia de los menores, un documento que permitía a los padres firmar a favor de otro adulto que se encargara de los menores en caso de ser deportados o detenidos. En el consulado aumentamos la capacidad para atender esas solicitudes y se establecieron centros de defensoría que brindan servicios legales gratuitos, abogados pro-bono, y asistencia para el pago parcial de los gastos legales. A través de eso pudimos ayudar a miles de personas.

Además sirvió para darles capacitación. El consulado realizó una gran cantidad de talleres para que conocieran cuáles son sus derechos sin importar su situación migratoria, cómo actuar si Migración les detiene, cómo detectar abusos de autoridad, qué documentos tener a la mano, cómo solicitar la protección del consulado y cómo acceder a representación legal.

 

¿Cuál diría que ha sido el éxito de estos centros de defensoría?

A muchos residentes permanentes les daba una sensación de que nada les iba a ocurrir si tenían un permiso de residencia, pero eso no garantizaba nada, se la podían retirar. El objetivo principal de estas capacitaciones era empoderar a la migración mexicana para facilitarle el camino a la ciudadanía.

 

*Opiniones emitidas a título personal.

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